domingo, 5 de abril de 2009

Ángel.

Capitulo 1: Bienvenida.

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El avion aterrizo en el pequeño aeropuerto de Nail, Estados Unidos. Bajé las escaleras que me dirigian hacia adentro y entre tanta gente logre localizar a mis abuelos de unos 80 - 85 años de edad.
Mi abuelo Ismael, es un hombre alto, flaco y para su edad es sorprendente la habilidad y destreza que tiene para seguir realizando los labores del patio de aquella casa grande en donde viven. Vestía unos pantalones color negro con unos zapatos a juego, y una camisa color celeste. Al lado de él, se encontraba como siempre luego de 55 años, mi querida abuela mejor conocida por Nani. Ella vestía una pollera hasta las rodillas color rosa pastel, un saco del mismo color abierto por el cual se veia una camisa blanca, y zapatos negros.

- Bienvenida, querida - Dijeron los dos al mismo tiempo abriendome los brazos y capturandome en un abrazo.

No pude resistir, y supe que ellos tampoco al ver sus ojos luego. Desprendi tantas lagrimas por estar ahi. Y no es que estaba triste por verlos, si no que la razon que tenia por tener que mudarme alli era terriblemente dolorosa. Y ellos lo sabian, y lloraban por el mismo motivo.
Mi cara, mis ojos, mi pelo y todo lo que tenia fisicamente, les hacia acordar a mis recien difuntos padres.
Ellos son los padres de mi Papá, y conocían a mi Mamá desde que mi padre era pequeño. Ellos se casaron a la edad de 25 años, y a los 30 me tuvieron a mi. Nunca tuve ningun problema con ellos, y siempre me amaron y yo a ellos. Pero la semana pasada, regresaban de un viaje de trabajo cuando un camion de carga se les cruzo en el camino, y la camioneta volco por debajo del puente de la autopista, llevandolos a la muerte.
Entonces, mis abuelos cuidarian de mi hasta que fuera mayor de 21 para poder tomar mi propio camino. Y simple, esa es la razon por la que estoy ahora aqui en este aeropuerto llorando en sus brazos.
Me sequé las lagrimas con el puño de mi sweater rojo, aunque tenia muchas ganas de sacarmelo alli, pues en esta parte del contienente era aun verano y vacaciones.
Me llevaron a traves de los grandes pasillos del aeropuerto hasta la salida, y desde alli nos tomamos un taxi. Me acomodé al lado de la ventanilla y vigile cada paisaje nuevo para mis ojos. Hace mucho no venia a visitar a mis abuelos, creo que desde que tenia siete años... osea, hace nueve que no venia.
Comenzamos el camino de las afueras de la ciudad, hasta llegar a los paisajes de campos y colinas por doquier. El sol estaba escondiendose en el horizonte ya a esa hora, y parecia una hermoza postal ver a dos caballos corriendo y jugando entre los pastizales con el sol de atras.
Al llegar a la casa, Isma, como le solia decir a mi abuelo, le pago al chofer del taxi y este lo tomo muy educadamente. La gente de alli, solia ser muy prolija, respetuosa y de alto nivel economico, y todo el mundo se conocia entre si y se saludaban muy amablemente. Parecia el tipico pueblito perfecto, con un toque antiguo debido al tiempo en que las casas se encontraban alli, aunque estaban en perfecto estado.
El camino de adoquines colina arriba llevaba a la casa de dos pisos. Tim y Jack, los dos perros Border Collie, vinieron corriendo a mi encuentro cuando a penas pase la alta reja del porton. Por supuesto que cuando los conoci a penas eran cachorros, pero tenian ese toque magico que solo un animal puede tener, que se acordaron de mi al instante. El camino no solo llevaba a la casa, si no que atras de esta, se encontraba el gran exotico patio de Nani, con todo tipo de arboles y flores y un gran espacio para que Tim y Jack jugaran y rompan cosas.
Isma me abrió la puerta tras forcejeos y me dejo entrar adelante de los dos. Miré la casa de lado a lado, pero aun asi no recordaba mucho.
Apenas entrabas te encontrabas con el gran living que tenia una hermosa hoguera de madera rodeada de sillones, y en la siguientes habitaciones del piso de abajo se encontraba un baño y una cocina. En el piso de arriba se encontraba el dormitorio de mi abuela, un cuarto de huespedes y un baño más.
Mi abuelo tomo las maletas y se dirigio escaleras arriba mientras Nani nos gritaba ya desde la cocina que preparia uno de sus sandwiches especiales para la "recien llegada", como un aperitivo antes de la cena. Al subir las escaleras me quedaba congelada mirando cada foto colgada en la pared de mis padres en su casamiento, o fotos mias de pequeña. No saben cuanto los extrañaba.

- No es muy grande, pero es bonito. - Me dijo mi abuelo mientras dejaba mis maletas en el piso de la habitacion.
- Si, lo se. -
- ¿Que pasa Sue?, no has dicho una palabra en todo el viaje. -
- Si, lo siento - Dije precipitadamente sacando la mirada del piso. - Es que, estoy cansada... preferiria dormir ahora, salteando la cena, si es posible. - Le contesté casi en suplica.
- Como quieras preciosa, le digo a Nani que traiga su Gran Sandwiche, y te dejaremos descansar. - Respondió, besandome la frente y saliendo de la habitacion cerrando la puerta.

Examiné tambien la habitacion deteniendome en cada detalle. La cama, al lado de la ventaba que daba al exotico patio de mi abuela, los estantes sobre la pared del otro lado de la cama, y una pequeña mesita de luz del mismo lado. Me senté en la cama y saque mi notebook del equipaje a ver si lograba encontrar conectada a mi muy extrañada mejor amiga, Noe. Necesitaria su apoyo en estos momentos mas que nunca, y no se como pude dejarla alli, tan lejos de mi ahora.


- Pensé que ya estarias durmiendo - Dijo mi abuela entrando despacito por la habitacion en un intento de no hacer ningun ruido.
- No, es que... queria ver si estaba una amiga en el chat... -
- Claro, me parece bien. - Me dijo mientras dejaba el plato con la comida y un vaso con jugo en la mesita. - Si necesitas algo, solo hazmelo saber, ¿si?.
- Si abuela, muchas gracias. Te quiero -
- Yo tambien pequeña. - Dijo llendose escaleras abajo.

Me caian muy bien mis abuelos. Seguramente se puede decir que eran como mis segundos padres, y ese era el rol que les tocaba ahora.
Noe no se encontraba en el chat, por lo que solo decidi apagar todo e intentar dormir. Hace unos cuantos dias no lo lograba pacificamente, tal vez el cansancio me ayudaria ahora. Cada vez que lo conseguia, soñaba con la cara de mis padres y algun que otro momento con ellos y me despertaba llorando sin ganas de volver a cerrar los ojos.
Igual, tarde bastante en pegarlos. Pase horas y horas escuchando los ruidos de los perros, o mis abuelos cenando. Y horas mas tarde, el rezo de ellos en la noche por la bienvenida al paraiso de mis padres. Escuche el sollozo de mi abuela y un "no te preocupes" de mi abuelo. Un beso, y el ruido se apago al mismo tiempo que mis ojos se cerraban para la espera del dia de mañana...


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Un rato de inspiracion, de seguro en algun momento libre continue. Besos.

1 comentario:

  1. jo q triste, es una historia muy dura pero me encanto, espero q sigas escribiendo esta historia, q tu inspiración no te avandone nunca y q sigas mejorando para llegar a ser una gran escritora.
    Ya sabes q leo todo lo q publicas y q me encanta sigue asi!
    Un beso

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