miércoles, 4 de febrero de 2009

En mi vida...

Abrí los ojos. Me sentía aprisionada, apretada entre paredes y aunque haya levantado la vista aun parecía que mantenía los ojos cerrados. La oscuridad en ese pequeño espacio, en el cual ni me podia mover, era profunda y ahogadora.
Manotee por las paredes hasta encontrar el interruptor. Miré para arriba y lo presioné. La tenue luz blanca me pego en las pupilas dilatadas y cai apresuradamente al suelo agarrandome la cabeza.
Cuando mis ojos se acostumbraros a la luz me incorporé de un salto. No sabía cuanto tiempo había llevado allí durmiendo, ni como llegue.. sentía una fuerte punzada en el cuello y otra en la muñeca. Mi pelo estaba manchado de un color rojizo de sangre por lo que deduje que alguien me había pegado alli llevandome al desmayo.
Presa de esas paredes decidí empujarlas y estas se movieron sin problema. Empuje las cuatro una por una lo mas posible hasta quedar en el centro de esa habitacion a un metro de cada una.
Pude distinguir en ellas a mis amigos y conocidos. Parecían tan real... que mi acto reflejo fue correr hacia ellos y darles un abrazo.
Empezé por ellos, mis mejores, y cuando mis manos tocaron esa pared la traspasaron podrujiendo quebraduras por toda la misma. Mis mejores sonrieron y unos macabros ojos dominaron su cara como si fueran los mismo demonios. La pared se desarmo y calló echa añicos al suelo al mismo tiempo que desde algun lugar lejano sonaba una de esas risas de muñeco que te congelan las venas.
Una lagrima escurrió por mi mejilla y cai al suelo tomando todos los pedazitos de esa pared.
- No - Sollozé y otra lagrima calló desde el otro ojo.
Al rato me incorporé. Donde estaba esa pared quedaba un vacio y en ella un dolor infinito, pero probaría con las demas paredes.
Los demas dominaban otras dos paredes, en las que sucedió lo mismo. Pero en la ultima pared había un espejo.
¿Era yo tambien un telgopor para mi misma? ¿Era de esas cosas que tambien se rompian hasta para mi? ¿Podría separarme de mi para siempre?.
Con miedo acerqué mi mano al espejo. Pero a penas la minima celula de mi dedo toco ese reflejo la misma lo traspasó.
La quité desesperadamente. Probaría con el pie, pero este tambien traspaso.
Ya no importaba nada, ¿donde estaban mis amigos?. Fui corriendo lo mas lejos del espejo posible, y a la velocidad que mis piernas daban, salte hacia el espejo esperando lo imposible.
Y pasó. Todo mi cuerpo traspaso el espejo pero no produciendo quebraduras si no llevandome a otro lugar, otro mundo y con los ojos confundidos y llorosos miré el sol que habitaba en ese lugar.
Me sente en la hierba, me amarre de mis rodillas y comenzé a llorar otra vez.
No me importaba donde me encontraba si no estaban ellos de verdad. Los quería encontrar aunque sola no tenía ni fuerzas ni voluntad para levantarme y hacerlo.
Y ella apareció. Se sentó a mi lado, me agarró con sus brazos y me apreto en ellos como si fuera la ultima vez pero mucho mas dulce, y este no era un adios, si no una bienvenida. La miré perpleja, hace unos instantes ella se había desarmado entre mis dedos y ahora estaba alli, con una lagrima en los ojos al igual que yo.
- Todos estamos aqui.. - continuó ella - todos estamos aqui, porque esta es tu vida y nosotros nos consideramos parte de ella porque tu nos abriste tus puertas. Y si, dominaste lo que mas temias. Hace unos minutos estabas encerrada en esa parte de tu cabeza que yo mas odio. Esa parte que no confia, esa parte que no sonrié y donde no hay colores. Y ahí todos nos desvanecimos porque en ese lugar nosotros no pertenecemos. Porque esa.. esa no es tu vida. Aunque a veces todo parezca una mentira, una moneda de dos caras.. vos haces tu vida, y que nadie te pribe de creer. -
La miré mas confundida que nunca al mismo tiempo que cada una de sus palabras caian como gotas de lluvia en mi cabeza.
- Y bienvenida otra vez - siguió - Bienvenida a tu vida. Solo llegaste aca porque lograste enfrentarte a ti misma en ese espejo. Ahora vez los colores, ahora solo vez la verdad. No te encierres con las mentiras que a veces nos sale... vos en tu mundo sé feliz. Y cree, siempre cree. -
No podía parar de llorar. En el mundo las cosas no eran puras verdades pero tampoco puras mentiras. No necesitaba entenderlo.. solo aceptarlo. La abraze otra vez y uno por uno los demas aparecieron en sus juegos.
Corri hacia ellos, los besé y todo acabo.
Desperté.
Miré el techo, miré la hora y suspiré.
Recordé todo y sonreí.
- Gracias -.

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